En la segunda mitad del siglo XX se produjo la peculiar cir- cunstancia de que cuatro mujeres heredaron la jefatura de las cuatro casas ducales más importantes de España: Alba, Osuna, Medinaceli y Medina-Sidonia. Cuatro grandes damas, muy diferentes entre sí pero también con muchos puntos comunes: las cuatro tienen residencias principales en Andalucía, tres en Sevilla y una en Cádiz, y además son de edades parecidas, cir- cunstancias que hace que estudiarlas en conjunto sea más inte- resante. Y dada la enorme endogamia de la nobleza de sangre española, de modo más cercano o lejano, todas son parientes entre sí, algunas además amigas y, en alg n momento de sus vi- das, incluso llegaron a ser rivales. Las cuatro han acumulado grandezas de España y títulos del reino y son las ltimas exponentes de un mundo antiguo; un verdadero p ker de damas que ha estado a la cabeza de la so- ciedad española de los dos ltimos tercios del siglo XX y de principios del XXI, porque, curiosamente, las cuatro nacieron con muy pocos años de diferencia y heredaron de sus padres una acumulaci n de títulos como no se había producido nun- ca antes en la historia de España. El presente libro quiere acercarse al lado nobiliario y humano de las cuatro que de un modo u otro han sido parte esencial de un mundo aristocrático y privilegiado, de costumbres tan an- tiguas como sus casas, que está desvaneciéndose y del que las tres supervivientes son ya testigos de excepci n de la historia.