La utopía es una forma de la escritura política que presenta como posible, habiendo existido o existente, una sociedad ideal. El término se debe a la obra célebre de Tomás Moro (1516), que da comienzo a la historia moderna de la utopía, pero los procedimientos, los materiales y los lenguajes que la caracterizan pertenecen a una larga tradición que se remonta a Platón. En la evolución del género utópico, el autor toma en cuenta tanto las constantes que reaparecen en la historia (la urbanística ideal, el ideal armónico, el milenarismo) como las variaciones, es decir, las formas narrativas predilectas: las narraciones de viaje, la novela filosófica o la ciencia ficción. En el curso de la edad moderna se pasa de la invención de pueblos imaginarios situados en islas lejanas (Campanella), a los viajes fantásticos a la luna (Cyrano de Bergerac); de la institución de comunidades ideales a la idealización de pueblos vivientes en estado de naturaleza (Tahitianos). La búsqueda de una sociedad mejor, en la que se alcancen objetivos de igualdad, bienestar y armonía, parece impregnar la cultura occidental del siglo XIX (Owen, Fourier, Saint-Simon). Hacia el fin de ese siglo cede la fe en el futuro y el siglo XX verá prevalecer la desconfianza y el escepticismo (antiutopía).