Pèire de Marca (Gan, Bearn, 1594 -París, 1662), eclesiástico y político, fue enviado en 1644, en calidad de visitador general, a la Cataluña sublevada contra el rey de Castilla y aliada de Francia. Al mismo tiempo que se encargaba del gobierno político durante los siete años que duró su misión, recorrió el país escudriñando sus archivos con el objetivo de hacerse con todo aquello que pudiera justificar los derechos históricos de Francia sobre Cataluña y que pudiese ser utilizado en las conversaciones de paz. Llegada la hora del tratado de los Pirineos (1659), Marca puso su erudición y el material documental acumulado al servicio de los intereses de la Corte Francesa. Sus conocimientos históricos fueron decisivos para consolidar la pérdida del Rosellón y de parte de Cerdaña, que fueron a Francia. El conjunto documental reunido por Marca y publicado en París en 1688 constituye un instrumento de primera magnitud para la historiografía catalana y del Mediodía francés, que se revela cada día más valioso e imprescindible al haberse perdido muchos de los documentos reunidos en el libro.