¿Por qué no han existido grandes mujeres artistas? nos preguntó abiertamente -ya en los primeros años de la década de los setenta- la historiadora estadounidense Linda Nochlin. Esta pregunta, casi medio siglo después, sigue a día de hoy resonando igual de fuerte en todo intento que se proponga analizar de forma crítica el papel que históricamente ha desempañado la mujer en los diferentes ámbitos artísticos y creativos. Más todavía cuando pretenda, además, confrontarlo con la invisibilidad que tradicionalmente ha padecido la mujer artista -y sigue padeciendo- en los distintos relatos y discursos historiográficos, artísticos y museísticos. Ya desde el primer renglón de su título, esta obra no sólo se suma con energía a la reivindicación de la creación fotográfica hecha por mujeres, sino que también se muestra contra cualquier intento de reunión simplista: lejos de embutir “la” fotografía de “las” mujeres en un torpe saco de uniformidad, este libro subraya una evidente y necesaria pluralidad de usos, planteamientos profesionales, sensibilidades, prismas estéticos o intenciones sociales.