En este libro se ha tratado cual ha sido la evolución de la sociedad de la Comunidad de Albarracín a lo largo de dichos años. Una población, que todavía a principios de siglo estaba sujeta a los usos y modos del mundo tradicional y donde sus habitantes tenían que soportar además de la presión de las oligarquías terratenientes locales, el asfixiante peso ideológico de la Iglesia. Así pues sobre esta población, gravitó de forma evidente durante casi el primer tercio del siglo XX las características propias del más intenso tradicionalismo donde imperaba el caciquismo político, económico y social, que marcaba a una sociedad caracterizada por el conformismo pasivo de sus habitantes ante las desfavorables expectativas que deparaba la vida. Sin embargo, a partir de la proclamación de la II República este arcaico mundo va a ir resquebrajándose paulatinamente y el proceso de secularización va a ir avanzando de forma imparable. Entre los aspectos modernizadores más destacados destaca el aumento de la tasa de alfabetización, la progresiva disminución de los índices de natalidad y especialmente de la mortalidad, la notable ampliación de la red viaria comarcal con la paulatina desaparición del crónico aislacionismo de muchos municipios serranos y, lo que resulta más evidente, la progresiva concienciación social propiciada por la apertura de las libertades republicanas. Todo ello, dará lugar a una paulatina toma de conciencia social que posibilitará la proliferación de un sindicalismo con un marcado matiz reivindicativo o revolucionario, siendo en este aspecto, donde resulta evidente el salto cualitativo y modernizador de la sociedad serrana a comienzos de la guerra civil