Obra editada originariamente en el año 1687, nos ofrece el estudio de un autor, Lancina, de fuerte y acusada personalidad, aunque prontamente olvidado, hasta su posterior recuperación, por el prof. Maravall y Caro Baroja, como uno de los más finos analistas políticos de la época. El trabajo que comentamos se basa en un modelo muy utilizado en el Barroco, consistente en comentar textos de Tácito a través de un amplio despegue de máximas y principios políticos. El comentario de Lancina se centra en el Libro I de los Anales, convenientemente fragmentado, en breves apartados, con su correspondiente traducción, compuesto generalmente, de forma no extensa, aunque en ocasiones, adquiere más amplias proporciones, hasta llegar a convertirse en una "Monografía" sobre determinados aspectos de la vida política, sin atenerse al plan prefijado de un comentarista, ya que pueden sucederse varios capítulos de la obra sin que aparezca mención alguna al texto de Tácito, tomado inicialmente como punto de partida.