Este modesto libro tiene como objetivo mostrar un país para muchos desconocido, Irán, una maravillosa tierra con una cultura milenaria, tantas veces relegada y olvidada; en esta ocasión, a través de la tradición culinaria que acompaña la vida de los iraníes. La cocina persa tiene entre sus principios la misma dualidad que existe en todos los aspectos de esta civilización, por lo que se da una gran armonía entre lo caliente y lo frío, lo dule y los alado, y lo agrio y lo ácido, logrando así una dieta rica en sabores, colores y olores que, combinada con la naturaleza del cuerpo de cada persona, procura el equilibrio del ser humano. Algunos platos son de origen muy antiguo, basados en recetas recogidas en tablillas y escritura cuneiforme, entre las que se encuentran referencias a la elaboración de la cerveza, las propiedades de la miel y la cebolla... Otros muchos aparecen en pinturas, miniatruas, obras literarias y poemas persas. Resulta curioso, pero cuando en español se habla de comida, y tal vez sin saberlo, se utilizan palabras de origen persa, tales como espinaca, naranja, azafrán, pistacho, berenjena..., algunas de ellas introducidas en Al-Andalus a través del árabe. Azafrán, pétalos de ros, pistachos, especias... Color, aroma y sabor se entrelazan como la urdimbre, la seda y la lana en los nudos de una alfombra en la que volando, viajamos hasta el mundo de la cocina persa..