Visión de la realidad y relativismo posmoderno
(perspectiva teórico-literaria)
- ISBN: 9788476357927
- Editorial: Arco / Libros
- Fecha de la edición: 2010
- Lugar de la edición: Madrid. España
- Colección: Perspectivas
- Encuadernación: Rústica
- Medidas: 22 cm
- Nº Pág.: 265
- Idiomas: Español
En este libro se ponen de relieve los principales hitos que marcan el camino del pensamiento circunstancialista, disperso, débil y disgregado del relativismo posmoderno. Se parte del concepto de falsación de Karl Popper, opuesto al criterio de verificación de la ciencia tradicional. Lo falso vendría a ocupar metodológicamente el papel de lo verdadero, como si el conocimiento científico, para ser auténticamente científico, tuviera que ser necesariamente .falsado y refutado. De ahí, se llega al anarquismo metodológico de Paul Feyerabend, en el que todo vale (anything goes), y al completo relativismo nihilista de Richard Rorty. Todo lo que pueda significar fragmentación y problematismo tendrá buena acogida en los medios posmodernos. Así, algunas facetas de la ciencia contemporánea, tales como la relatividad, los fractales, la teoría del caos o el principio de incertidumbre, se aducen en apoyo del relativismo –con el que, en puridad, nada tienen que ver esas ramas de la investigación científica–, y son utilizadas como punto de partida de distintos movimientos artísticos y literarios. El gusto por lo abstruso y lo caótico ha sido, por cierto, bien aprovechado por algunos autores que han hecho del hermetismo y la palabrería el estandarte de su prestigio. A la realidad objetiva e insoslayable, se antepone una subjetiva y vaporosa realidad virtual, al estilo de la que proporciona la ficción cinematográfica de Matrix. Pero, pese a todo, el arte y la poesía hacen resonar su voz en el abismo de la posmodemidad relativista. En la ciencia del verso, y, en general, en el estudio científico de la literatura y el arte, entran en juego elementos objetivos y contrastables. Lo que sucede es que nos movemos ahora en el ámbito de la estética, sin la cual no tiene sentido hablar de arte o de literatura. A partir de unos principios epistemológicos –en los que no pueden faltar las ideas de realidad exterior y objetividad de los hechos contrastables–, y con unas premisas éticas –de las que están excluidas la mistificación y la impostura–, deben sentarse las bases de una ciencia de la estética, lo cual supone el reconocimiento de un cierto canon de la belleza.