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Vacceos, vettones y lusitanos

Vacceos, vettones y lusitanos
(Revista Desperta Ferro. Arqueología e Historia, Nº 55, año 2024)

  • ISBN: 101113157
  • Editorial: Desperta Ferro Ediciones
  • Lugar de la edición: Madrid. España
  • Encuadernación: Rústica
  • Medidas: 28 cm
  • Nº Pág.: 65
  • Idiomas: Español

Papel: Rústica
7,50 €
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Resumen

El occidente peninsular, entre las cuencas del Duero y el Tajo, estuvo poblado en época prerromana por una serie de pueblos no siempre bien conocidos, cuya etnogénesis nos resulta, muchas veces, complicada de dilucidar. Así pues, vacceos, vettones y lusitanos son los protagonistas de este número. La arqueología nos ha permitido acercar a ellos más allá de lo mitos sobre Viriato y el bandolerismo, la vistosidad de los verracos o las conocidas fíbulas de caballito. Las grandes murallas en algunos asentamientos y los elaborados sistemas defensivos nos permiten adivinar una creciente jerarquización social y la existencia tanto de conflictos como de redes comerciales. Los juguetes, el material doméstico y el ajuar que encontramos en las tumbas, por otro lado, nos deja acercarnos a grupos a veces olvidados, como las mujeres y los niños. La cultura material, con elementos propios y ajenos, nos habla también de viajes, relaciones personales y matrimoniales entre pueblos, tanto como de identidades compartidas, entre vacceos, vettones y lusitanos.

El occidente hispánico en la Edad del Hierro por Gonzalo Ruiz Zapatero (UCM)
Las tierras del occidente de Iberia, básicamente el centro de la cuenca del Duero y las penillanuras que desde la Meseta se extienden hasta la costa atlántica, fueron el solar de los antiguos lusitanos, vacceos y vettones, pueblos de estirpe céltica. Estos populi, identificados en las fuentes clásicas (desde fines del siglo III a. C. hasta el I a. C.) por su lucha primero contra cartagineses y poco después contra romanos, tuvieron largos procesos de etnogénesis que arrancan de la Edad del Bronce, y a lo largo de la Edad del Hierro desarrollaron algunos rasgos compartidos y otros que los singularizaron.

Vacceos, los señores del trigo por Juan F. Blanco García (UAM)
La arqueología viene demostrando, año tras año, cómo el vacceo constituye uno de los pueblos del centro peninsular con más personalidad. Constructores de grandes urbes bien planificadas y políticamente autónomas, en las que las élites aristocráticas gobernantes tenían un fuerte componente guerrero; practicantes de una agricultura de base cerealista muy excedentaria; poseedores de una importante cabaña ganadera; hábiles artesanos, entre los que destacaban los alfareros, así como los herreros, broncistas y orfebres; y bien relacionados comercialmente con los pueblos que, de su misma filiación celta, tenían a su alrededor, la vaccea fue una sociedad muy jerarquizada que hacía uso de la cremación como rito funerario normativo para desprenderse de los muertos.

Pintia, ciudad vaccea por Carlos Sanz Mínguez (UVA)
Pallantia, Intercatia o Cauca seguramente fueron ciudades de mayor relieve que Pintia. Las fuentes clásicas nos hablan de ellas en varias ocasiones, mientras que de esta última no existen relatos, salvo porque Ptolomeo la cita entre una de las veinte ciudades vacceas, o por su inclusión en el itinerario de Antonino Pio en la vía XXVII de Caesaraugusta a Asturica Augusta. Sin embargo, lo que convierte a Pintia en la ciudad vaccea más importante son los cuarenta y cinco años de investigaciones continuadas desarrolladas por la Universidad de Valladolid –veinticinco desde su Centro de Estudios Vacceos Federico Wattenberg–.. La media hectárea de superficie intervenida en diversas áreas funcionales de Pintia proporciona una relevante información en el débil pulso historiográfico de la investigación vaccea.

Pintia, ciudad vaccea por Carlos Sanz Mínguez (UVA)
Pallantia, Intercatia o Cauca seguramente fueron ciudades de mayor relieve que Pintia. Las fuentes clásicas nos hablan de ellas en varias ocasiones, mientras que de esta última no existen relatos, salvo porque Ptolomeo la cita entre una de las veinte ciudades vacceas, o por su inclusión en el itinerario de Antonino Pio en la vía XXVII de Caesaraugusta a Asturica Augusta. Sin embargo, lo que convierte a Pintia en la ciudad vaccea más importante son los cuarenta y cinco años de investigaciones continuadas desarrolladas por la Universidad de Valladolid –veinticinco desde su Centro de Estudios Vacceos Federico Wattenberg–.. La media hectárea de superficie intervenida en diversas áreas funcionales de Pintia proporciona una relevante información en el débil pulso historiográfico de la investigación vaccea.

Vettones. Los señores del ganado por Jesús R. Álvarez-Sanchís (UCM)
Los vettones fueron uno de los pueblos celtas más importantes de la Edad del Hierro que habitaron el oeste de Iberia, entre los ríos Duero y Tajo. Una época que se reconoce por la expansión del ritual incinerador en las necrópolis, el desarrollo de la metalurgia especializada del hierro y la emergencia de grandes asentamientos fortificados que acabarán desapareciendo con la conquista de Hispania por Roma. Las esculturas de piedra de toros y cerdos que se extienden por las zonas montañosas de la región, los famosos “verracos”, reflejan el valor de la ganadería entre estas poblaciones.

La sociedad vettona a través de sus necrópolis por Isabel Baquedano (Patrimonio Cultural – Comunidad de Madrid)
A principios de la década de 1930, Juan y Encarnación Cabré publican el yacimiento de Las Cogotas y comienzan las excavaciones del cementerio de La Osera. Con estos trabajos se reconocía, por vez primera, una nueva cultura: Cogotas II. La publicación de ambas necrópolis de incineración, excavadas en la provincia de Ávila, puso a disposición de la investigación científica un número considerable de tumbas (1613 en Las Cogotas y 2230 en La Osera); un repertorio al que, en 1997, se unirían las sepulturas de El Raso de Candeleda y las excavadas en Cáceres, como Villasviejas de Tamuja. A partir de aquí, y analizando de forma especial las necrópolis abulenses, vamos a intentar contestar varias preguntas sobre la sociedad que se enterró en estos cementerios.

El enigma lusitano por Amílcar Guerra (ULISBOA)
Hablar hoy de los lusitanos significa entrar en un tema que ofrece perspectivas muy diversas, desde las más tradicionales a las que, en las últimas décadas, han roto en buena medida con la tradición, como la que aquí se expone. Esta visión no es el resultado de una voluntad deliberada de alterar el panorama dominante, sino de un reanálisis de los datos de los que disponemos, de naturaleza diversa: literaria, epigráfica, numismática, lingüística y arqueológica. La idea simplista de que los lusitanos eran una prefiguración histórica de los portugueses resulta hoy lejana, pero fue dominante hasta mediados del siglo XX y ha continuado vigente de manera más o menos subrepticia en algunos círculos.

Piedra y sangre para los dioses por Juan Carlos Olivares (UA)
La información disponible en la actualidad sobre las divinidades paleohispánicas del occidente peninsular proviene, fundamentalmente, de alrededor de setecientos altares votivos de piedra en cuya parte frontal los devotos vacceos, vettones y lusitanos escribían su nombre, el de la divinidad a la que se dedicaba el ara, algunas fórmulas votivas abreviadas y, en ocasiones, la causa por la que se hacía la ofrenda. Estos monumentos se erigían en lugares sagrados, aunque la mayoría de ellos se reutilizaron en épocas posteriores y, generalmente, se han encontrado fuera de su contexto arqueológico originario. Los materiales arqueológicos son los únicos que permitirían conocer los cultos en épocas anteriores a la conquista romana, pero esta información es muy escasa en la península ibérica y, a menudo, muy difícil de interpretar con precisión.

Dirección de Gustavo García Jiménez.

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