Este libro recopila una parte de la historia de Candeleda, centrada en el ermitaño y monje cuyos restos reposan en la citada villa (de la cual es santo patrón) y en torno a los cuales existió, desde su muerte -ocurrida a mediados del siglo XII- hasta finales del siglo XIX, una veneración popular que llegaba a congregar, en las romerías y ferias que se celebraban el 20 de agosto en su ermita, junto al río Tiétar, a miles de devotos que acudían, desde muchos lugares de las provincias de Ávila, Toledo y Cáceres, a pedirle la curación de sus males y a darle gracias por los favores obtenidos.

En esta obra se recogen las declaraciones de más de 300 testigos que acudieron a testimoniar, ante el tribunal eclesiástico formado por orden del Obispado de Ávila, desde el año 1565 a 1569, inclusive, sobre 149 curaciones milagrosas atribuidas al santo candeledano. También se presenta la historia de la cofradía que se encargaba del cuidado de la ermita y del culto que tenía lugar en ella, teniendo como base los libros que aún se conservan y que abarcan desde comienzos del siglo XVII hasta finales del XIX.

Sobre la figura del santo candeledano, el autor recopila lo publicado por más de una treintena de autores, españoles y de otros países, que le mencionan expresamente, en obras impresas a lo largo de quinientos años. Igualmente ofrece dos breves estudios: uno, sobre la Ermita de San Juan ante Portam Latinam, originalmente visigoda (y que terminó por denominarse popularmente de San Bernardo); y otro, acerca del monasterio cisterciense de Gran selva (donde vivió y murió este santo), posteriormente reedificado y convertido en convento franciscano de Nuestra Señora del Rosario por San Pedro de Alcántara, a donde este acudió en numerosas ocasiones.