El gnosticismo cristiano del siglo II es el de la gnosis por antonomasia, entendida como conocimiento de los misterios divinos reservado a una elite, a partir de fundamentos ontológicos, teológicos y antropológicos distintos a los de la tradición bíblica ortodoxa. Los gnósticos cristianos (y sobre todo su principal escuela, los valentinianos) eran miembros de las comunidades cristianas (en Alejandría, en Roma, en la actual Lyón), practicaron una exégesis alegórica del Nuevo Testamento y se ocuparon de los grandes temas de la reflexión teológica de los siglos II y III: la Trinidad, la creación, la divinización del hombre, la redención, el nacimiento virginal, la crucifixión, la Iglesia, el fin del mundo... Su mayor originalidad, junto a su profundización en la exégesis veterotestamentaria, fue una mayor apertura hacia el helenismo, en particular hacia el platonismo, al punto de que adecuaron el dato neotestamentario a una estructura filosófica netamente platonizante.
El presente estudio, en dos volúmenes, constituye una esclarecedora visión de este movimiento. Consiste fundamentalmente en dos largos textos de los dos principales heresiólogos, Ireneo de Lyón (Contra las herejías) e Hipólito de Roma (Refutación de todas las herejías), quienes han elaborado decisivamente nuestro conocimiento de los gnósticos del siglo II. Opuestos a ellos, ambos escribieron tratados polémicos y apologéticos, con los que pretendían desvelar el sistema especulativo anticristiano que a su juicio se escondía bajo las apariencias de la ortodoxia. A partir de estos dos textos, reproducidos íntegramente, accedemos a las principales denominaciones gnósticas del siglo II: el valentinismo (Valentín, Ptolomeo, Florino...), Basílides, ofitas, naasenos... Hasta componer una imagen completa de este movimiento y período histórico que, según varios estudiosos, pertenece de lleno a la historia de la filosofía, puesto que hace de puente hacia el neoplatonismo.