Los Bayeu, una familia de artistas de la Ilustración
- ISBN: 9788496869462
- Editorial: Caja de Ahorros de la Inmaculada. CAI
- Fecha de la edición: 2013
- Lugar de la edición: Zaragoza. España
- Colección: Mariano de Pano y Ruata
- Encuadernación: Cartoné
- Medidas: 28 cm
- Nº Pág.: 205
- Idiomas: Español
Cómo eran los hermanos Bayeu (Francisco, fray Manuel y Ramón) no solo en lo referente a su labor pictórica como pintores, sino también en sus personalidades y caracteres, su vida familiar, sus gustos y diversiones, sus inquietudes sociales, intelectuales y religiosas o su relación con Goya. Esta es la visión que ofrece Arturo Ansón en el libro “Los Bayeu, una familia de artistas de la Ilustración”.
Ansón reajusta las cronologías de muchos frescos que pintó Francisco Bayeu y que habían sido atribuidas a otros autores, como los que realizó en el palacio Real de Madrid y los otros Reales Sitios. Para el autor, el mayor de los hermanos, un absoluto renovador, fue el pintor español más importante de la Corte Española, "un pintor completísimo, un trabajador incansable".
De su hermano, el monje cartujo fray Manuel Bayeu, se dibuja un perfil ajustado de su intensa actividad como pintor, de menor nivel que sus hermanos. Sus obras pueden verse en bóvedas y muros de la cartuja de Las Fuentes.
Del menor de los Bayeu, Ramón, el autor presenta el primer estudio monográfico. Fue un pintor de sólida formación y muy complejo, el más estrecho colaborador de su herman. Sus lienzos de altar o los frescos que pintó en tres de las cúpulas del Pilar, así como retratos hasta ahora atribuidos a pintores coetáneos como Inza y Carnicero, dan detalle de su nivel. Fue pintor de cámara de Carlos IV y llegó a cobrar un sueldo más elevado que el de su cuñado Goya.
En el libro se dedica un capítulo especial a las relaciones entre los Bayeu y el pintor de Fuendetodos. Las diferencias artísticas y personales surgidas entre el mayor de los Bayeu y Goya cuando pintaban en el templo del Pilar, aumentaron cuando entró Ramón a trabajar con ellos. Este distanciamiento se superaría a partir de 1786, aunque en algo nunca se pondrían de acuerdo: siendo los dos franciscos muy taurinos Bayeu era admirador de Costillares y Goya, de Pedro Romero.