...a medida que nos vamos adentrando en el relato, se suceden en cascada episodios de la más diversa índole, que de forma amena nos describen con sencillez el quehacer cotidiano de Aitor en el otrora Port Etienne (inmortalizado magníficamente por Sain Exúpery), hoy Nouadhibou o tierra de chacales. Las peripecias más insólitas para repatriar fallecidos y heridos, la sorpresiva visita a La Güera, las presiones para obtener de manera fraudulenta visados para Europa, el emotivo encuentro con el Patriarca religioso del país o la inesperada asistencia a la inauguración de una mezquita... entre estos acontecimientos, y otros, inherentes a la actividad diplomática, se entremezclan las costumbres y filosofía de vida de este pueblo musulmán con el desafío de tener que superar adversidades propias del inhóspito escenario de la narrativa; historias empapadas de una dosis esencial de ficción, de hondos silencios y reflexiones inducidas que llevan, en definitiva al lector, a buscar en su imaginación explicaciones a situaciones un tanto inverosímiles.