Este libro aborda las conexiones entre el poeta Gonzalo Rojas y su compatriota, el pintor Roberto Matta, con el fin de entender una evolución compartida desde los años treinta hacia una estética de posvanguardia. Tras el estudio de su contexto formativo y de las primeras estrategias utilizadas para trascender el surrealismo, la investigación bucea en los poemarios, desde Oscuro (1977) a Con arrimo y sin arrimo (2010), así como en la pintura de Matta desde 1950. Se revela entonces la creación de una nueva jerarquía de la belleza que encontró su inspiración en el detalle natural y cotidiano, así como en un lenguaje en vigilia, responsable, con una tensión de punta de puñal. Este camino concluye con el descubrimiento de que, en la particularidad de sus disciplinas, los dos chilenos han llegado a la posvanguardia por las mismas vías, aquellas que los ligan con un giro neorromántico. La impronta de esta estética en sus corpus se muestra en tres ejes que reformulan la vertiente idealista del surrealismo histórico, al tiempo que transgreden algunas de sus prácticas.