En el País Vasco, en los años setenta, un joven contable llamado Álvaro Azpeitia ingresaba en una pequeña empresa familiar dedicada a la comercialización de un producto gastronómico emblemático: las angulas. En pocos años, el agotamiento de los recursos conducía al sector a un paso de la quiebra. Lejos de claudicar, nuestro personaje inicia una peripecia novelesca en busca de una utopía: la creación de una angula elaborada a base de pasta de pescado, que le llevaría a batirse en mil frentes, antes de refundar su empresa, un referente en I+D+i y una de las más potentes del País Vasco.

En cierto modo, esta es la historia del hombre que inventó la Coca-Cola. Desde la estricta nada, recreó un producto de consumo familiar que hoy podemos encontrar en todos los mercados y cocinas de España. Y, a su manera, definió un nuevo estilo de liderazgo, donde la tenacidad, la inventiva y el emprendizaje definen la personalidad integral del empresario contemporáneo.

En estos tiempos de crisis, esta pequeña historia local plantea un excelente paradigma de supervivencia. Álvaro Bermejo nos brinda un extraordinario relato, donde se incluye no solo una sabia lección de ética empresarial, sino también una emocionante lección de vida.