Se ha dicho que el pensamiento clasico primaba el espacio sobre el tiempo. <>, ha afirmado un célebre pensador alemán. El tiempo no se puede ganar más que en forma de otra cosa. De ahí el reposo y la quietud que expresaba un mundo que parece haber quedado definitivamente superado. La modernidad se inclina por el tiempo, el mundo moderno hace del reloj un instrumento imprescindible: ni la máquina ni la sociedad se pueden entender sin la simultaneidad que el artefacto genera. El reloj permite separarse del movimiento cósmico y operar artificialmente sobre todo cambio. Pero el tiempo pasa y lo que se gana, cuando se tiene, no parece encerrar ya ningín valor. ¿Se puede decir que la modernidad ha logrado suprimir el espacio?La existencia humana es espacio-temporal, y no se la puede entender más que desde una adecuada relación de tales coordenadas. Este libro es una mirada sintética y multidisciplinar a una de las cuestiones filosóficas más difícles de abordar en sus aspectos sociales: el tiempo. Fruto de numerosas horas de trabajo y diálogo del equipo investigador del Instituto Empresa y Humanismo de la Universidad de Navarra, no se hubiera podido llevar a cabo, no obstante, sin la ayuda del Gobierno de Navarra.
Eds. Rafael Alvira, Héctor Ghiretti, Montserrat Herrero