La importancia del humanista Juan Luis Vives es mundialmente reconocida, sin embargo es mucho menos conocida la importancia que el mecenazgo de una mujer, Mencía de Mendoza, tuvo para su obra. En un mundo de hombres, donde la actuación femenina debía quedar reservada al estrecho círculo de la vida privada, el patronazgo artístico fue uno de los pocos ámbitos en el que las mujeres pudieron desarrollar su propia iniciativa. ¿Qué podía haber de malo en que una mujer patrocinara la construcción de una capilla familiar o encargara un retrato de su esposo, para recordarlo mientras estaba ausente? Lo que nunca presintieron los hombres del Renacimiento es que el papel pasivo de las mujeres en el mundo de la promoción artística evolucionaría hasta constituir una posición activa, en la que ellas decidirían quién, cómo y con qué fin se realizaba la obra. Pero como demuestra en este volumen el doctor Vosters, la actuación de las mujeres no se limitaría a influir en el mundo artístico, sino que alcanzaría al mundo de las ideas y la filosofía, a través del mecenazgo que mujeres como Mencía supieron ejercer sobre humanistas de la talla de Vives. En este trabajo se ofrece un recorrido a través de las relaciones entre Mencía y Vives, abriendo así una nueva perspectiva en el que la importancia de la mujer en la historia cobra nueva importancia, desterrando el mito de la preponderancia masculina en el Renacimiento y mostrándonos como el pensamiento femenino contribuyó de forma decisiva a conformar la historia de Europa en la Edad Moderna.