Sin caer en el error de las distorsiones inducidas de las contingencias de la coyuntura actual, la ciencia del derecho penal como problema abierto aborda lúcidamente el problema de la interpretación jurídica y judicial a partir de su historicidad. Uno de los mayores riesgos es justamente el que deriva de la pretensión de establecer nuevas reglas interpretativas bajo la presión de exigencias contingentes con olvido de que la interpretación jurídica es un aspecto del fenómeno hermenéutico más general del cual participa la prospectiva histórica. El autor aborda significativos problemas interpretativos del derecho penal en algunos de sus aspectos particulares, tales como el carácter estrictamente judicial de la norma aplicada; la legalidad a través de la cual se radicaliza el proceso interpretativos del derecho penal en algunos de sus aspectos particulares, tales como el carácter estrictamente judicial de la norma aplicada; la legalidad a través de la cual se redicaliza el proceso interpretativo solamente entre el juez y la ley; o la distinción entre parte general y especial, donde la primera expresa la legalidad en la tutela y el equilibrio en la composición del conflicto, mientras en la segunda, las nociones y conceptos no pueden, por su esencia, ser agotados en la definición legislativa. éste sigue siendo el ámbito donde el juez y la doctrina hacen su mayor contribución sujetos a principios generales como el de culpabilidad o el de las funciones de la pena. Desde esa perspectiva, mahiques examina con agudeza la intrínseca politicidad del acto interpretativa en la materia penal, y las causas por las que no puede sorprender que el nombre de la legalidad penal y de la pretendida fidelidad a la ley, las relaciones entre magistratura y política, y entre aquélla y la sociedad, exhiban oscilaciones e incluso tensiones de compleja superación.