Los discursos que pronuncian los Académicos para su ingreso en la Real de Jurisprudencia y Legislación constituyen piezas de densa doctrina jurídica, tal como corresponde a la altura doctrinal de sus autores, elegidos, como se sabe, entre nuestros más destacados juristas.

A ello se une la solemnidad de estos acontecimientos, no sólo importantes por el contenido de los discursos, sino también por el añadido de la tradicional y cuidada escenografía con que se desarrollan. Así, esas procesiones solemnes de los Académicos entrando en el salón, la recepción del electo, la lectura del discurso, la contestación obligada y la ritual imposición de la medalla al nuevo Académico

Hoy tenemos el ejemplar del discurso del Doctor Villapalos y aquí estamos intentando dar una idea de su contenido. El nuevo Académico comenzó haciendo la alabanza preceptiva de su antecesor en el sillón, que fue el gran historiador del Derecho Fray José López Ortiz, y recordando también a su maestro don Alfonso García Gallo y a otros insignes historiadores jurídicos, diciendo que los temas de Histona del Derecho siguen interesando en cuanto antecedentes en los que se han fundado las actuales instrucciones jurídicas vigentes.