El reinado de Isabel II estuvo dominado por personas que se iniciaron en la lucha militar y política durante la Guerra de la Independencia. Militares, guerrilleros y diputados surtieron de líderes a los diversos grupos políticos. Las tres guerras fueron una escuela para su participación en la vida pública.

Fernando Zavala pertenece a esta generación. Con una biografía que plantea muchos interrogantes en sus primeros años, se convierte en uno de los principales líderes de la contrarrevolución durante el Trienio, y fue sin duda quien cosechó los mayores éxitos en los inicios de la Primera Guerra Carlista. En este último periodo mantuvo un fuerte enfrentamiento con Tomás Zumalacarregui, a quien disputaba la dirección militar y de quien difería en la articulación de las relaciones entre la gestión política y la militar. Se enfrentó también con la camarilla que rodeaba a don Carlos, episodio que estuvo a punto de costarle la vida, aunque un par de años más tarde fue recuperado por el pretendiente carlista, de quien fue uno de sus hombres de confianza.

Esta fidelidad la mantuvo también en exilio, y fue de los últimos en aceptar las amnistías que fueron integrando a los carlistas, que se resistían a aceptar jurar lealtad a la reina y a la constitución.