El proyecto reformista de Isabel La Católica en Toledo
el Monasterio Santiaguista de Santa Fe
- ISBN: 9788409311675
- Editorial: Fundación Órdenes Españolas (antes Lux Hispaniarum)
- Fecha de la edición: 2021
- Lugar de la edición: Madrid. España
- Colección: Cuadernos de Caballería
- Encuadernación: Rústica
- Medidas: 21 cm
- Nº Pág.: 160
- Idiomas: Español
La singularidad del Monasterio de Santa Fe se corresponde en gran medida con el proyecto religioso y las bases del estado Moderno que los Reyes católicos pusieron en marcha. Las implicaciones de su política religiosa y la incorporación de las Órdenes Militares a la Corona son dos de los componentes fundamentales para encuadrar esta comunidad femenina santiaguista.
I. Introducción
II. Las Órdenes Militares y su asentamiento en Toledo capital
III. Los monasterios femeninos de las Órdenes Militares en la Península con especial atención a la Orden de Santiago
1. El primer monasterio femenino de la Orden de Santiago en la Península. Santa Eufemia de Cozuelos,
Palencia. Siglos XII-XVI
IV. La reforma de las Órdenes Militares y el proceso impulsado por la reina Isabel. El traslado definitivo de las freilas de Cozuelos a Toledo
1. La incorporación de las Órdenes Militares a la Corona. El caso de la Orden de Santiago y el proceso
reformista.
2. Las reformas religiosas. Los intereses generales y los deseos reales de la reina
2.1. La importancia de la función educativa de la Orden de Santiago. La necesidad de mantener el
proyecto en Castilla. El caso de Toledo
3. El traslado definitivo de las freilas palentinas a Toledo
3.1. La localización y advocación a Santa Fe. Monasterios anteriores a la instalación de las freilas
3.2. Intenciones de la Reina Isabel en la nueva localización del monasterio.
V. El convento de freilas santiaguistas de Santa Fe
1. Visitas del siglo XVI. La reforma a través de los mandatos
2. Tres figuras importantes: María Bautista, María de Santa Isabel y Ana Pacheco.
3. Un calendario, martirologio y necrológica en los libros de la Biblioteca Nacional
VI. A modo de epílogo