Este libro pretende enlazar el estudio de la desamortización con la evolución económica de la Región y realizar una sociología rigurosa de los beneficiarios con especial incidencia en el papel de las elites tanto madrileñas como castellano-manchegas.

El proceso desamortizador configuró un determinado tipo de sociedad, en la que unos aparecen como beneficiarios y otros como perjudicados. Conviene no olvidar el protagonismo de la desamortización a la hora de configurar una sociedad basada en la desigualdad donde el poder y prestigio de la propiedad da fuerzas a unos y condena a la miseria a otros.

El evidente que el Estado no es completamente autónomo de los intereses de las élites económicas y aquí radica uno de los objetivos del libro: averiguar hasta qué punto los diferentes sectores de la burguesía madrileña formaron un grupo de presión en pro de las medidas desamortizadoras, de las que luego se beneficiaron. Dicha burguesía formaba un selecto y compacto grupo, que se estaba configurando al compás de la revolución liberal. Posteriores investigaciones del autor no sólo confirmaron esto sino que aparecieron otros sectores de la burguesia madrileña, principalmente políticos de diferente sesgo ideológico, que van desde los legisladores (Mendizábal y Madoz) hasta el general Prim e incluyendo, entre otros, a Bravo Murillo, a Oliván o a Nocedal, muchos de ellos vinculados conn la burguesía de negocios.

Pero el autor no olvida a los perjudicados, a los excluidos de la desamortización y a sus consecuencias sociales y económicas e incluso llega a preguntarse si la eterna "cuestión agraria", que está en el origen de la Guerra Civil, hunde sus raíces en las consecuencias derivadas de la desamortización.