Arvo Pärt ocupa el puesto número uno del ranking de compositores contemporáneos, por sexto año consecutivo. Sus obras vienen siendo las más interpretadas en conciertos, a nivel mundial (Bachtrack, 2017).
Retratado en nuestra cubierta anda en bicicleta, en círculos, en su Estonia natal. Pärt recuerda que, cuando era niño, para no perderse los conciertos sinfónicos transmitidos por radio a la noche, iba a la plaza del mercado de Rakvere y, a través de un altoparlante instalado en un poste telefónico, escuchaba durante horas esa música que lo fascinaba —mientras giraba, montado en su bicicleta, alrededor del poste.
Con Enzo Restagno, Pärt habla de sus años en la Estonia soviética y de su exilio en Europa occidental, y recorre su historia como compositor: su etapa inicial marcada por el dodecafonismo, su extensa y ardua búsqueda de un lenguaje musical propio, y la creación del estilo tintinnabuli que, desde 1976, ha desarrollado en obras consagradas, como Tabula Rasa y Passio. Leopold Brauneiss y Saale Kareda analizan los aspectos técnicos y espirituales de este estilo.
La obra de Pärt ha despertado el interés y la admiración más allá del ámbito de la música académica, en artistas como Keith Jarrett, Radiohead, Nick Cave y Björk —quien lo entrevistó para un programa de la BBC en 1997.
En el estilo tintinnabuli conviven dos voces. Pärt ha dicho que una representa sus pecados, y la otra, su redención. El sonido de estas voces evoca una música de campanas. Una música que apela más al oído que al intelecto, y busca construir un nuevo oído.