Con El viejo y la niña (1790), que encabeza la presente edición de Comedias, Moratín comienza su andadura como dramaturgo. Sus obras representan la tan luchada reforma teatral de la comedia dieciochesca, como en el caso de El sí de las niñas, en cuyo prólogo el autor deja clara su visión presente y retrospectiva del género. Los protagonistas de su teatro son gente común, en quienes prima la humildad y el autodominio sobre los hechos heroicos, aunque son héroes por la mesura y el equilibrio, capaces de elegir la opción moral “correcta” para instruir al pueblo, mientras este disfruta de la historia contada. Considerada su obra cumbre, en ella retoma un tema candente en su época, el de los matrimonios desiguales, y ridiculiza el autoritarismo paterno que permite el ambiguo sí de las niñas. Cuando Isabelita decide abandonar a su viejo marido por la baja calidad moral de este, muestra una novedosa seguridad en sí misma, que aporta una gran modernidad a la obra. Aunque no alcanzó el mismo éxito, La comedia nueva es una de sus obras más estudiadas y da a conocer la realidad de la escena española de finales del XVIII.