Después de un año 2016 de relativa calma en la producción legislativa, achacable, por una parte, a la reciente reforma fiscal y, por otra, a la parálisis política, a finales de año y se retoma al habitual camino de las modificaciones en la normativa tributaria, no solo a través del instrumento del Real Decreto-Ley, sino también con algún desarrollo reglamentario pendiente.
En cuanto a las reformas legales, las más importantes se han producido en el Impuesto sobre Sociedades, con la intención de detener la sangría recaudatoria que adelanta el primer pago fraccionado de 201, remediándose con creces, en los últimos dos pagos del ejercicio. Y para que este incremento recaudatorio vía pagos fraccionados no se viera totalmente revertido en 2017 también se incorporan a este impuesto otras medidas de calado, unas con efecto ya para ejercicios iniciados a partir del 1 de enero de 2016 y otras para los inicios del 2017.