El volumen ofrece un fascinante estudio sobre los aspectos militares y económicos de los imperios bizantino y persa de Sasán que se enfrentaron entre 564 y 642 d.C. El libro está estructurado en tres partes diferentes y tiene como objetivo descubrir el impacto de la recuperación de Justiniano sobre la economía bizantina y las fuerzas armadas, así como un análisis reflejado de su contraparte persa.

José Soto Chica comienza su relato desde 565 d.C., cuando ambos imperios habían completado su expansión militar después de las aparentemente interminable guerras contra los pueblos germánicos y los heftalitas hunos. Posteriormente se procede a la descripción de cómo ambos imperios pudieron establecer una sólida autoridad que proporcionó estímulos económicos y un fortalecimiento militar, causando no sólo su renovación de las estructuras políticas, legislativas y administrativas, sino también la ocupación casi simultánea de vastos territorios que sellaron su poder sobre sus respectivas regiones. El autor traza un paralelismo entre la renovación y las políticas de recuperación que Justiniano el Grande y Khosrow I implementaron, resultando un choque sobre los territorios armenio, mesopotámico, lazico, ibérico y siriaco.

El conflicto anterior llegó a su fin en 561 EC, cuando se firmó el Tratado de Paz, estableciendo las fronteras romano-persas. Poco después de la paz, ambos imperios experimentaron un auge económico y demográfico que fue seguido por la necesaria expansión de su influencia sobre las tierras limítrofes. Hubo dos consecuencias principales: por un lado, Bizancio se hizo cargo de la región del Danubio, lanzando una ofensiva contra la tribu maorí y algunas otras áreas cerca de Persia; Por otra, la campaña militar dirigida por Khosrow I, que se dirigía hacia las tierras del Yemen, algunas zonas turcas y algunas otras regiones de importancia estratégica alrededor del Océano Índico. Estos fueron los dos principales imperios que fueron, en palabras del autor, los dos ojos del Mundo Antiguo.