El Envejecimiento Activo está de moda y la idea más frecuente de este nuevo paradigma es la de personas mayores participando como receptoras de muchas actividades culturales, turísticas, saludables, formativas… ofertadas por las distintas administraciones y por empresas particulares.
En este enfoque hay varios papeles muy diferenciados: el de la entidad facilitadora de alternativas; el de la persona “experta” (monitor/a); y el de las personas mayores, receptoras de los conocimientos, habilidades… Podemos hablar de un envejecimiento activo, receptor de actividades.
El resultado de este modelo aún sigue siendo válido pero tal vez sea hora de replantear el concepto de Envejecimiento Activo enriqueciéndolo con nuevos puntos de vista y apostando por una implicación de las personas mayores en la gestión de su tiempo y de sus ocupaciones, de forma verdaderamente consciente y comprometida. Esto es, un envejecimiento activo, creador y emisor de alternativas.
Las capacidades están ahí pero hay que alentarlas –para que las personas mayores tomen conciencia de su propio potencial– y ponerlas en valor –para que la sociedad sea receptiva con la idea tan repetida del “valor de la experiencia”–.
“Vive participando” es una apuesta clara y decidida para fomentar una participación activa de las personas mayores, beneficiosa para ellas mismas y para la sociedad. Porque, en los tiempos actuales, hay que dar un nuevo paso para hacer más real el valor de la vejez y de la experiencia como recurso eficiente para la comunidad.
Y porque es necesario enriquecer la idea del envejecimiento activo con una participación consciente y comprometida en beneficio propio y como agentes de cambio social.