El Diario de Sesiones ha difundido desde 1810 la transcripción fidedigna de lo ocurrido en las Cámaras españolas, tanto en el Congreso de los Diputados como en el Senado, ahora bien la narración cercana y colorida de los eventos, el testimonio obtenido de primera mano correspondió a publicistas, gacetilleros, plumillas, redactores o cronistas, que legaron su mirada particular sobre los acontecimientos trascendentales para el devenir histórico del país, desde el siglo XIX.

Cuando en julio de 1977 se restauraron las Cortes democráticas los periodistas que se acercaron entonces al palacio isabelino de la Carrera de San Jerónimo lo hacían todavía con incertidumbre, inexperiencia y hasta con cierto temor.

Entre esa generación de periodistas neófitos en el Parlamento se hallaba Víctor Márquez Reviriego (Villanueva de los Castillejos, Huelva, 1936), quien, como cronista enviado por la revista Triunfo durante cuatro años, entre 1977 y 1981, poderosamente atraído por el Parlamento, abrió esa ventana informativa -a veces, tan ignorada- a la que se asomaron con anterioridad periodistas y escritores de la talla de Mariano José de Larra, Benito Pérez Galdós, Azorín, Wenceslao Fernández Flórez, Julio Camba o Josep Pla.

Desde su atalaya en las Cortes, Víctor Márquez se conviertió en un testigo privilegiado de la evolución política de España, ese centenar de crónicas aparecidas en Triunfo, bajo el epígrafe de Apuntes parlamentarios, constituye uno de los hitos principales en la obra periodística de Víctor Márquez Reviriego.

Este libro, surgido de una investigación universitaria previa que fructificó en tesis doctoral, plantea por tanto, un esbozo biográfico de un autor clave en el periodismo español reciente y, al mismo tiempo, una interpretación histórica y actualizada de sus crónicas.