La emergencia de la experiencia aumentada se materializa como producto de la superposición de la capa digital en el entorno físico, realizando así encuentros extendidos entre el cuerpo y su mente. Los comportamientos, los deseos, las identidades temporales y líquidas, cambian críticamente la comprensión de la cohabitación de los cuerpos humanos, especialmente en las metrópolis geográficas, políticas o económicas.
Nuestro cuerpo hiperreal, extendido es un ensamblaje artificial-natural, una entidad metamórfica que comunica constantemente la realidad exterior -a través de la percepción- con la existencia interior -por propiocepción-, y asocia el primer mundo de materialidad con el tercero de la creación imaginativa.
Ahora hemos adquirido la posibilidad de transformarnos a nosotros yoes, a nuestros cuerpos, con la ayuda de la tecnología, y conectamos vidas compartidas con nuevas condiciones rizomáticas que, aunque no llegan a derrumbar la existencia humana, logran potenciar la interrelación con la realidad material nunca antes.