La comunicación no sólo cumple una función instrumental en el desarrollo de una fundación. Con ser esto esencial para la prosperidad e incluso la supervivencia de toda organización ciudadana en un contexto altamente competitivo (más de 8.000 fundaciones y unas 25.000 asociaciones), no hay que olvidar que la comunicación es a menudo también una actividad esencial para el cumplimiento de la misión. Para las fundaciones que tienen como cometido la educación, la formación o la incidencia política, comunicar es consustancial a su labor. Sin embargo, se descuida a menudo la función comunicativa en las fundaciones. A veces por desconocimiento de cómo se debe hacer esta labor. Otras porque nunca está entre las prioridades. En ocasiones también porque hay una cultura interna poco favorable a dar cuentas de lo que hace la institución. Este libro ofrece pautas sobre cómo organizar la comunicación con un planteamiento estratégico y cómo emplear sus herramientas más comunes en el día a día para que el mensaje llegue verdaderamente a sus destinatarios. Comunicar bien no consiste en hablar sin parar, sino en lograr que te escuchen. Estos rudimentos sobre la comunicación fundacional pueden ayudar a los no especialistas a diseñar su política de comunicación y a mejorar sus prácticas. También los profesionales más experimentados pueden encontrar consejos útiles extraídos de la experiencia del autor en el mundo no lucrativo.