Partiendo de la comprensión de la religión como un lenguaje, el autor analiza la terminología religiosa y la retórica que la articula: teología y logología. Con ejemplos como la acción verbal en las Confesiones de san Agustín y los primeros tres capítulos del Génesis.
Más que estudiar las creencias y la relación del hombre con Dios, la Retórica de la religión examina los términos: lo que verdaderamente interesa aquí es la relación del hombre con “la palabra de Dios”.

La religión es a la vez una visión del mundo, un conjunto ordenado de creencias y una ideología. Pero es también lenguaje y mecanismo de persuasión, y como tal, precisa de los aparatos de la retórica para generar un discurso articulado y diseñado con el fin de ganar seguidores, de formar creyentes. La terminología de ese lenguaje, y del discurso que sobre esas bases ha de proferirse, es una de las piezas fundamentales de la religión.
Así, para descubrir la función persuasiva de la palabra religiosa, es necesario recurrir a un cuerpo teórico y analítico que estudie específicamente los términos religiosos: una logología. La obra de Kenneth Burke explora este campo específico del lenguaje. A través de la logología, analiza el cuerpo de palabras escritas y habladas que conforman la doctrina religiosa.