“Realidad, interacción y cambio psíquico” es un libro muy recomendable, una continuación necesaria para quienes disfrutaron con “La práctica de la psicoterapia relacional. El modelo interactivo en el campo del psicoanálisis”. Impacta por el mensaje que se desprende de él: el psicoanalista es responsable éticamente de transmitir a los profesionales de lo “psi” y en general a todos los que se ocupan de la educación y la ayuda a las personas, más que un método o una técnica, una actitud. Actitud que incluye lo cognitivo y lo emocional, la capacidad de revisar nuestros presupuestos cuando el paciente nos muestra sus “resistencias” (o tal vez su miedo a vivir una experiencia de retraumatización en la relación analítica), y la capacidad de implicarnos emocionalmente en lo que es básicamente una relación de ser humano a ser humano. En último término, Coderch se muestra como un psicoanalista preocupado, no sólo por la humanización de la relación analítica con el paciente individual,sino por la repercusión que esta actitud pueda tener en nuestro entorno social.