Esta obra es un ambicioso intento de reconstruir la evolución demográfica de la provincia de Guadalajara durante los siglos XVI-XVII sin dejar de considerar los contrastes entre las comarcas y los núcleos de población. También trata de analizar la interrelación entre las variables vitales (natalidad, nupcialidad y mortalidad) y las económicas (producto agrario y sectores de actividad) para indicar el alcance y la cronología de la expansión del siglo XVI y, de este modo, obtener un punto de partida para calibrar la intensidad y duración de la depresión del XVII en una región -hasta el momento- descuidada por la historiografía. Desde esta perspectiva se muestra la evolución desigual de las zonas occidental y oriental de la provincia, aspecto que, en sí mismo, invita a seguir estudiando la España interior moderna considerando las divergencias económicas y sociales.