El presente libro cumple con un reto y una responsabilidad. Lo primero, por cuanto el tema del medio ambiente comporta cierta osadía para abordarlo, habida cuenta la dificultad de acotar y esquematizar, formando un sistema normativo, base de una parte muy considerable del Derecho internacional público, que carece de un sólido y asentado sistema conceptual, todavía recién nacido, porque se nos antoja queda mucho por hacer. Pero también decimos que es una responsabilidad para los juristas porque, lejos ya de la toma de conciencia que tanto predican los textos y materiales al uso, es hora de poner en funcionamiento toda nuestra imaginación, al servicio de la protección y conservación del medio ambiente y los ecosistemas, comenzando por la composición de un entramado de principios generales de los mismos, que luego ha de continuarse con un desarrollo normativo encaminado a conseguir los objetivos apuntados, de un modo apremiante, por cuanto la degradación de la calidad de vida y el estancamiento de los países en desarrollo crecen de una manera alarmante, amenazando a todo el planeta. En este cometido, todas las aportaciones son pocas, partiendo de una agrupación y ordenación de todo ese magma disperso de Convenios, Conferencias, Informes, para conseguir una dosis mayor de cumplimiento, poco fomentado por el carácter no imperativo de los compromisos adquiridos en esta sede, y por la falta de solidaridad y responsabilidad de los Estados que mayor peso e influencia tienen en el concierto de las Naciones, que precisamente coincide con su mayor posibilidad de recursos. La aportación de esta obra, trata de articular en una sistemática, razonablemente, la normativa, agrupada de modo caótico, que hoy disponemos, aboliendo lo necesario, y perfilando, en otros casos, nuevos mecanismos y sistemas verdaderamente eficaces, sin olvidar una llamada a la voluntad de los Estados soberanos, que más están incumpliendo sus deberes de solidaridad internacional, de ayudar a los más débiles