Aunque la Expedición Endurance es la más mundialmente conocida del explorador irlandés Ernest Shackleton, no fue la única que llevó a cabo a lo largo de su vida. Antes había participado con Scott en la Expedición Discovery, de la que volvió con el sentimiento de que al marino inglés le faltaba dotes de mando. Por ello montó, en 1907 la Expedición Nimrod, unos pocos años antes de la que lo haría mundialmente conocido. Scott, por su pate, tuvo el final más triste que uno pueda esperar, regresando del Polo Sur sin víveres ni fuerzas.

Shackleton en el Endurance no llegó siquiera a alcanzar el continente antártico. Los hielos de un invierno prematuro atraparon la nave en la banquisa del mar de Weddell. El resto de la historia es hoy día reconocido como un ejemplo de la fidelidad, la constancia y el liderazgo.

Ahora el casco del Endurance acaba de ser descubierto en su plácido sueño a tres mil metros de profundidad en las frías aguas del extremo sur del planeta, Ediciones del Viento rescata esta obra que se mantenía agotada desde su primera edición, en homenaje a un hombre que ya forma parte de la leyenda.