El autor se propone en este libro romper con la imagen académica oficial u la autoimagen oficial de la práctica filológica. Parte de la concepción de la filología como la identificación y restauración de textos del pasado, acciones impulsadas por un tipo de deseo ajeno a las prácticas académicas dentro de las humanidades. Son deseos de presencia, de una relación física y espacializada con las cosas del mundo (incluyendo los textos); son el fundamento sobre el cual la filología basa su capacidad de producir efectos de tangibilidad (y a veces incluso la realidad de ellos).

Al autor le interesan las formas nuevas y alternativas, sobre todo no interpretativas, de ocuparse de objetos culturales; aquellas formas de ocuparse de objetos culturales que escapen a las sombras de las Humanidades como Geisteswissenschaften -como "ciencias del espíritu"- que desmaterializan los objetos a los que refieren, en perjuicio de una posible tematización de las diferentes inversiones que realiza el cuerpo humano en distintas clases de experiencia cultural. En palabras de Gumbrecht: "reconocer los poderes de la Filología dentro -y a pesar de- en contexto de esa tradición académica es como disfrutar de algo disruptivo y fascinante, un despliegue hermoso e intelectualmente desafiante de efectos especiales".