En una pequeña pero reveladora parte de las relaciones de los milagros del santuario de Nuestra Señora de Guadalupe (relatos de un manuscrito de hacia 1500, de una edición impresa del XVI y de otra del XVII) se puede seguir el proceso de evolución de la escritura milagrosa en sus aspectos dogmáticos y retóricos, que muestran estrategias de escritura muy diferentes y objetivos que cambian con el paso del tiempo. Esta transformación, debida a la vez a las transformaciones de la institución eclesiástica y a la de los modelos intelectuales y estéticos de la escritura, se analiza desde una triple perspectiva: retórica, histórica e ideológica. Su estudio preciso permite destacar edades muy distintas de la escritura sagrada. Al final de la edad medieval, lo milagroso se constituye a través de relatos sencillos, que pretenden ser un alimento devocional basado en una dimensión anecdótica y una tonalidad familiar. En el siglo XVI, los textos milagrosos plantean la lección doctrinal en una dinámica crítica. Y en la época barroca se constata una empresa de proselitismo que adopta las vías de la Contrarreforma militante. Conforme se producen tales transformaciones, se puede reconstruir un llamativo proceso de reescritura de las relaciones de los milagros y constatar diferencias muy importantes de formas y de escrituras, de proyectos y de destinatarios, y hasta de concepción de lo milagroso, según el momento en que los monjes del santuario llevan a cabo su trabajo de redacción, que transforma de manera profunda los relatos primeros, recogidos de la boca de los peregrinos, y los conduce a metamorfosis variadas a través de un prolongado proceso de reescritura.