Investigar es buscar intencionalmente algo que no se conoce. El investigador es un descubridor intencional: sabe que busca algo, pero no sabe cuál será el resultado de su búsqueda. Como puede observarse, para tomar la decisión de buscar algo que no se conoce y encontrar un resultado, es necesario analizar el objeto de nuestra investigación, lo que exige seguir ciertas normas metodológicas, ya que, aunque podemos realizar una búsqueda sin respetar estas normas metodológicas, el resultado -si llegara a obtenerse- no será confiable. Es por eso que la investigación debe entenderse como una búsqueda intencional realizada de manera metodológica, o sea, sometida a reglas que concedan, por lo menos, confiabilidad a sus resultados.