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La Guerra Franco-India

La Guerra Franco-India
(Revista Desperta Ferro. Moderna, Nº 34, año 2018)

  • ISBN: 101022071
  • Editorial: Desperta Ferro Ediciones
  • Lugar de la edición: Madrid. España
  • Encuadernación: Rústica
  • Medidas: 29 cm
  • Nº Pág.: 65
  • Idiomas: Español

Papel: Rústica
7,00 €
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Resumen

La Guerra Franco-India parece casi inseparable de la conocida novela de James Fenimore Cooper, El último mohicano (1826). Más allá de la leyenda, sin embargo, resuenan los ecos de un conflicto que desencadenó una transformación a gran escala en el mundo atlántico; una guerra que dotó a las colonias británicas de América del Norte de una identidad propia y aceleró el proceso que llevaría, dos décadas después de la firma del Tratado de París (1763) –que sellaba la hegemonía británica a escala global–, al reconocimiento de la independencia de los Estados Unidos por parte británica. Más allá de sus profundas consecuencias, la Guerra Franco-India presentó dinámicas muy distintas a las de las guerras europeas de entonces. El enfrentamiento entre las colonias rivales y los nativos en que se apoyaban fue brutal. La aplicación a la contienda de los paradigmas de la Ilustración era inconcebible en una lucha caracterizada por la devastación de la frontera y una competencia por la tierra que provocó migraciones forzosas masivas. Se trataba, a su vez, de una lucha donde la concepción táctica y estrategia europea carecía de sentido ante las distancias, la geografía agreste y los recursos disponibles. Tanto para los indígenas como para los colonos, la guerra fue un acontecimiento definitorio, un punto de inflexión en su relación con un mundo que cambiaba a gran velocidad.

SUMARIO:

· Norteamérica y la Guerra de los Siete Años por Richard Hall – Swansea University

La Guerra Franco-India (1754-1760) fue el último de los conflictos coloniales intermitentes que estallaron entre Gran Bretaña, Francia y sus respectivas colonias y aliados nativos de Norteamérica durante la parte final del siglo XVII y el siglo XVIII. A diferencia de los conflictos que la habían precedido, la Guerra Franco-India fue decisiva y culminó con la conquista británica de Nueva Francia y muchas regiones en disputa que se extendían desde los Grandes Lagos hasta el crucial valle del Ohio. Fue la semilla de lo que Winston Churchill describiría como la auténtica Primera Guerra Mundial: la Guerra de los Siete Años (1756-1763), que abarcó no solo las colonias rivales en Norteamérica, sino territorios situados por todo el globo, incluyendo puestos comerciales en la India y África.

· Los pueblos nativos en el conflicto por Colin Gordon Calloway – Dartmouth College

La Guerra de los Siete Años ha sido bautizada como el primer conflicto global. En América, se la conoce en general como Guerra Franco-India, aunque los pueblos indios la percibieron como una guerra entre franceses e ingleses. Si bien las principales acciones de la guerra tuvieron lugar en el noreste, esta reverberó a través del territorio indio, desde Nueva Francia hasta Nuevo México. Las decisiones y acciones de los nativos afectaron al curso y el resultado de la guerra, que se libró en tierras indias, y muchos de los territorios que cambiaron de manos al final del conflicto eran patrias indígenas. Los nativos que lucharon en la guerra no se alinearon en uno u otro bando del conflicto entre imperios, ni lucharon para los fines del rey Jorge o del rey Luis, sino que libraron sus propias guerras en paralelo y tomaron decisiones firmes en función de sus intereses a medida que las circunstancias cambiaban.

· Los fuertes fronterizos por Steven Eames – Mount Ida College

Durante los conflictos entre Inglaterra y Francia en Norteamérica, los fuertes fueron símbolos de la presencia militar y una declaración de posesión territorial. Constituían una advertencia para los gobiernos inglés y francés acerca de donde suponían, cada uno, que debía estar la línea fronteriza. Asimismo, estaban destinados a defender dicha línea. Para las poblaciones nativas de la frontera, simbolizaban el poder y la presencia de las autoridades europeas, pues proporcionaban un espacio para la negociación y la firma de tratados y, cuando se alzaban en sus principales rutas de invasión, obstaculizaban sus operaciones habituales en épocas de guerra. La amenaza simbólica y real que los fuertes representaban hacía de ellos objetivos especiales para los ataques enemigos. Los fuertes eran imanes que atraían sobre sí la furia del enemigo; en el caso de los fuertes fronterizos, para alejarla de las comunidades expuestas. Los soldados que los guarnecían, y a veces sus familias, soportaban una vida de trabajo duro, aburrimiento y periodos ocasionales de terror.

· La naturaleza de la Guerra Franco-India por John Grenier – Center of Military History

En el curso de la Guerra Franco-India, las diferentes culturas militares y sus imperativos, tanto como las largas distancias, una geografía accidentada y un entorno implacable, configuraron la naturaleza del conflicto y su logística. Los comandantes británicos y franceses procedentes de Europa se toparon con subordinados y adversarios que exigían que modificasen su percepción de lo que constituía una operación militar aceptable y, asimismo, la forma de organizar, adiestrar y equipar a las tropas para llevar a cabo dichas operaciones. El célebre giro de William Pitt en la gran estrategia solo tuvo un impacto real en el resultado del conflicto después de que los británicos asumiesen los cambios en la cultura militar que el conflicto exigía. Si ha existido una guerra en la que el estudio de las batallas debe permanecer en segundo plano mientras se examina la relevancia de los cambios en la cultura militar y la logística, la Guerra Franco-India es ese conflicto.

· El fuerte William Henry: arqueología y memoria por David R. Starbuck – Plymouth State University

Conocido como el fuerte fronterizo que destruyen los franceses en la novela El último mohicano, esta fortaleza abaluartada vivió excavaciones parciales en la década de 1950 y fue reconvertida luego en una atracción para visitantes. Las investigaciones arqueológicas continúan en el área del fuerte incluso a día de hoy para determinar la exactitud de la reconstrucción y comprender mejor la vida diaria de los soldados allí estacionados antes de la masacre de agosto de 1757. El fuerte William Henry, en el lago George, Nueva York, fue el primer fuerte abaluartado británico en las colonias americanas. Había sido construido a petición del general William Johnson en 1755, justo tras la batalla del lago George, y era el puesto avanzado británico más adelantado en la penetración hacia el interior del continente.

· La batalla de las Llanuras de Abraham por Peter MacLeod – Canadian War Museum

La batalla de las Llanuras de Abraham es al mismo tiempo el acontecimiento bélico individual más importante de la historia de Canadá y un evento clave en la historia global. Se trató del desenlace del duelo entre dos generales –James Wolfe en el caso británico y Louis-Joseph de Montcalm en el francés–, pero su resultado se debió, en realidad, a las decisiones individuales de miles de soldados, milicianos y guerreros indígenas, que configuraron el futuro de Canadá, los Estados Unidos y el mundo. La batalla condujo directamente a la conquista británica de Quebec, a la victoria de los británicos en la Guerra de los Siete Años en Norteamérica y a la ulterior cesión francesa de Canadá a Gran Bretaña.

· El conflicto que transformó Norteamérica por Patrick Griffin – University of Notre Dame

Ningún conflicto desafió tanto las convenciones de la nomenclatura, tal vez, como el que se libró en la década de 1750 e inicios de la de 1760. Los europeos lo llamaron simplemente “Guerra de los Siete Años”. Los americanos tuvieron una percepción más regional; para ellos se trató, de forma bastante prosaica, de la “Guerra Franco-India”, pero aquellos días provinciales tocaban a su fin. Los colonos pronto descubrirían que el conflicto y su desenlace tendrían consecuencias radicales para el lugar que ocupaban en el imperio y en el más amplio mundo atlántico que habitaban. La elección de un nombre regional, por tanto, resultó un epitafio adecuado para señalar el punto y final del devenir colonial de los futuros Estados Unidos, y dado que este prisma provincial se demostraba insuficiente para abordar las múltiples y más extensas tensiones imperiales que la guerra reveló o desencadenó, los colonos reconocerían de forma implícita las limitaciones del modo en que veían su mundo.

Directores Alberto Pérez Rubio, Carlos de la Rocha, Javier Gómez Valero.

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