A lo largo de los capítulos de este libro, el desarrollo local va dando lugar al desarrollo "desde-lo-local", lo que supone que el desarrollo local no se agota en sí mismo por más componentes endógenos que tenga, ni puede ser separado del entorno regional ni de los procesos de orden nacional o global. También se avanza en superar el inversionismo economicista que suele permear las estrategias para el desarrollo local. Esto se logra concibiendo la economía como estructura compleja con múltiples dimensiones, lo que permite resaltar problemas como las capacidades institucionales de los municipios, el papel del sistema educativo, el de los comunicadores o el del mismo conocimiento. Se plantea que un desarrollo integral e integrador supone la construcción de otra economía, centrada en el trabajo, con otra racionalidad en la relación con la naturaleza, y cuyo sentido principal es atender cada vez mejor a las necesidades legítimas de la gente. Esto entra en contraposición con la concepción de una economía pretendidamente universal y naturalizada, pero efectivamente fundada en la lógica de acumulación del capital privado realmente existente. "Otra economía" supone otra política, otra sociedad y, finalmente, otros valores y disposiciones, las que sólo pueden encarnarse cabalmente en prácticas que combinen la respuesta a las fuerzas globales y a la vez asuman con mayor autonomía las urgencias de todos los días desde los ámbitos de la cotidianeidad. Para que el desarrollo local se generalice como vía eficaz, se requiere de políticas nacionales que la incluyan con alta prioridad en su agenda, lo que implica avanzar a la vez hacia un sistema político y un estado más democráticos. Esto supone recuperar la unidad entre producción y reproducción, cuya separación exacerbó el capitalismo trasnacionalizado. Hoy el desarrollo local y una economía del trabajo van cada vez más de la mano. Los capítulos de este libro pretenden contribuir a las búsquedas que en cada rincón de nuestra Améri