Carmen Parrilla García edita y estudia el Tractado provechoso de vestir y calçar, con el que el fraile jerónimo, prior entonces de Santa María de Paso, pretendía reglamentar las vestiduras, tanto femeninas como masculinas, para ajustarlas a un decoro acorde con el rigor espiritual de la reina Isabel; compuesto en Valladolid, fray Hernando vincula la sequía que padece la Tierra de Campos, en 1477, al desorden que se había adueñado de las costumbres cortesanas; Carmen Parrilla había advertido ya esta relación en un estudio anterior en el que editaba dos cartas enviadas por Talavera a la reina, que se ofrecen como apéndice de este volumen. La obra se edita conforme al testimonio del manuscrito escurialense b-IV-26; el texto, amén de la habilidad argumentativa de fray Hernando, destaca por el registro exhaustivo que ofrece de toda suerte de prendas y de adornos que guardan relación con «el vestir y calçar», también con el «comer y beber», que convenía nombrar y describir para alejarlas de cualquier exceso que pudiera ser pecaminoso. Más allá de esta intención, el Tractado encierra una vívida descripción de las formas de vida cotidiana de la corte de Castilla en los últimos decenios del siglo XV.