Se reúnen en este libro tres ensayos sobre la poesía de Fray Luis de León, uno de los más eminentes autores de la lengua castellana, remitiéndola a un lugar emblemático de la poesía luisiana: la finca de La Flecha, situada en la ribera del Tormes a dos leguas de la ciudad del Estudio de Salamanca, donde fue alumno y profesor el fraile agustino. Además de relacionar estos comentarios a la obra poética de Fray Luis con el lugar donde fueron inspirados los poemas, se alude a dos aspectos fundamentales de las odas comentadas: el sentimiento de la naturaleza y la serenitas o tranquilitas animi por la que luchó y que logró el escritor, profesor y poeta, especialmente en la última etapa de su vida. Fray Luis consideró ese enclave como su locus amoenus, donde se retiraba a descansar del trabajo universitario y el ajetreo que llevaba consigo, de los enfrentamientos entre las diversas escuelas, y aún más, a reponerse del sufrimiento de la persecución por parte de la Inquisición que dio con sus huesos en la cárcel de Valladolid, donde estuvo preso cinco años.