No pretende con el presente trabajo su autor alcalzar más allá de la desmitificación del dictador Francisco Franco y su ditadura, el franquismo, tras más de cuarenta años transcurridos desde su muerte. Una vez recuperada por los españoles su soberanía, dentro de un régimen político de libertades, o si se prefiere un Estado de derecho, intentando desde una perspectiva histórica, relatar unos hechos que alimentaron el apetito de poder -«el mandado», como lo refería el llamado Caudillo- de una persona acomplejada e intelectualmente mediocre, pero que, en todo caso, supo alzarse con el poder, el poder absoluto, y mantenerlo contra todo derecho, gobernando a toda una nación, España, ´manu militari´, como si de un cuartel se tratase, cerca de cuarenta años. Si reflexionamos en profundidad sobre el franquismo y la actualidad histórica del momento, acaso podamos convenir en que la «sombra de la dictadura es alargada», y no tanto por quienes la conformaron y la sustentaron -unos por que ya no existen y otrosya porque no cuentan-, sino por quienes ni la vivieron y por supuesto, ni la soportaron, y si se me permite, ni se enfrentaron a ella. Agua pasada no mueve molino, dice un refrán popular, entonces ¿qué se oculta, o se pretende ocultar, con tanto volver a ella? Claro, a la dictadura me refiero. ¿Acaso demoler el Estado nacido de la llamada Transición? Al parecer en ello están algunos. Nuestros gobernantes deben estar más en la construcción de un proyecto político ilusionante para todos los españoles, que pasa por solucionar los problemas del día a día que tienen los ciudadanos, previendo situaciones complejas que habrán de presentarse, e ir elaborando solcuiones para estos, a medio y largo plazo. Abandonando la estéril política de gobernar para las próximas elecciones.