Ahora que todo el pescado está vendido o, lo que es lo mismo, que la degradación de nuestro territorio por la excesiva cementación ha producido daños irreparables acompañados de una notable falta de estética de las construcciones, a lo que se añade un encefalograma plano en la demanda de viviendas, aparece en el horizonte internacional y en el nacional la letanía cuasi religiosa de la sostenibilidad a la que, como es lógico, no podía sustraerse la Ley de Suelo 8/2007, contraponiendo el urbanismo desarrollista, orientado a la creación de nueva ciudad con el urbanismo que "debe responder a los requerimientos de un desarrollo sostenible, minimizando el impacto de aquel crecimiento y aportando por la regeneración de la ciudad existentes". Como ya dije, esta temática es objeto de una brillante exposición en el capítulo tercero, al que siguen otros que con el mismo rigor y precisa sistemática afrontan la temática de la vivienda digna, las condiciones básicas de la igualdad de los ciudadanos en materia urbanística, el régimen del suelo y la participación de la comunidad en las plusvalías, valoraciones de los terrenos, expropiación forzosa y responsabilidad, y, en fin, toda la problemática jurídica que se deriva de la función social de la propiedad en la gestión del suelo (venta y sustitución forzosa, patrimonios públicos del suelo y la nueva regulación del derecho superficie).

Una obra, auténtico tratado de derecho urbanístico general, que sin duda te liberará de la necesidad de acudir a otras obras colectivas que, nacidas con precipitación y oportunismo mercantil, al socaire de las nuevas leyes como viene siendo regla, polucionan y confunden más que aclaran el ya sobredimensionado panorama de la cultura jurídica urbanística. Éste no es el caso. Aquí está todo lo que necesita saber el abogado, el juez, el funcionario, el político y el estudioso del derecho urbanístico, expuesto todo ello desde la más exquisita cortesía: la de la claridad.