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Estatuas malditas, rocas olvidadas

Estatuas malditas, rocas olvidadas
historia de la montaña Feilaifeng

  • ISBN: 9788490453520
  • Editorial: Editorial Comares
  • Lugar de la edición: Granada. España
  • Colección: Renacimiento de Asia Oriental
  • Encuadernación: Rústica
  • Medidas: 24 cm
  • Nº Pág.: 125
  • Idiomas: Español

Papel: Rústica
12,00 € 10,80 €
Sin Stock. Disponible en 7/10 días.

Resumen

La Colina de Feilaifeng (La Montaña que vino Volando) está situada frente al monasterio de Lingyin, en las afueras de la ciudad de Hangzhou. La colina está inserta en un área más grande que comprende entre otros lugares famosos el citado monasterio de Lingyin y los tres templos de Tianzhu. La topografía de la montaña, una colina de no mucha altura y cubierta de una densa vegetación, presenta formaciones naturales de rocas kársticas y una serie de cavernas comunicadas, situadas en la parte este de sus faldas. De entre estas formaciones de rocas naturales, las situadas en la ladera norte son las más espectaculares. Al ser una montaña localizada al lado de un monasterio budista, dentro de las cavernas, así como en la ladera norte de la montaña, se tallaron numerosas esculturas budistas.

La datación de las esculturas nos remonta al periodo de las Cinco Dinastías (907-960) y su creación continuó a través de las dinastías Song (960-1279), Yuan (1279-1368) y Ming (1368-1644), aunque será en la dinastía Yuan cuando se realicen la mayor parte de estas. Las rocas mencionadas son rocas calizas compuestas de carbonato cálcico que es fácilmente disuelto por la erosión del agua y del viento creando formas abigarradas y expresionistas. Por esta razón, desde la dinastía Tang, la montaña despertó el interés de letrados, monjes y miembros de la corte, los cuales quedaron fascinados por las formas de estas rocas. Tenemos así los dos elementos que definirán la identidad de esta montaña a lo largo de su historia: por un lado, las formaciones de rocas naturales y, por otro, las esculturas budistas.

Una descripción más detallada del conjunto nos situaría en un entramado de cavernas comunicadas en la parte noroeste de la montaña, lugar en donde se comenzó la talla de las primeras esculturas budistas en el periodo de las Cinco Dinastías hasta la dinastía Song.

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