Condensar la historia de un país en apenas 350 páginas es una tarea “quijotesca”. Más aún, si el país en cuestión ha sido objeto de un sinfín de acontecimientos dignos de mención y por sus tierras han transitado fenicios, griegos, celtas, cartaginenses, romanos, godos y árabes, a veces en armoniosa unión, otras con enconada hostilidad. España tiene un pasado complejo y susceptible de ser utilizado para apoyar intereses más centrados en la política que en la propia historia. Si dejamos a un lado estas cuestiones y nos ocupamos en observar con perspectiva los últimos tres mil años de nuestra historia, veremos cómo son más las cosas que nos unen que las que nos separan. Somos, casi con seguridad, el país europeo que peor conoce su historia y menos orgulloso está de ella. Parece como si nos diese vergüenza o estuviese mal visto ensalzar nuestro pasado

Discernir entre todos los hechos cuáles son los más importantes, obviando futilidades y desentrañando su esencia, es sumamente complejo, sin embargo, Íñigo Moreno de Arteaga, marqués de Laserna, en su obra España, hito a hito no rehúye la dificultad del cometido. Entre los distintos sucesos de nuestra historia que recoge el autor encontramos conquistas (y reconquistas), descubrimientos, guerras, avances científicos, progreso, fracasos y héroes. Los españoles somos lo que nuestro pasado ha hecho de nosotros. En total 48 acontecimientos que, sin ser necesariamente los más relevantes, en su conjunto nos ofrecen una nítida y esclarecedora imagen, con sus negros y muchos blancos, de lo que ha sido la fascinante historia de nuestro país.