En el transcurso de apenas dos siglos, las enseñanzas del catarismo promovieron una total reforma del cristianismo. Una reforma concebida como la posibilidad real de un renacimiento espiritual del ser humano a través de una práctica de vida verdaderamente apostólica y evangélica, llevada a cabo con plena libertad de conciencia y en completa autonomía personal, algo inconcebible para la mentalidad de aquellos tiempos.

La singularidad de esta propuesta se enfrentaba de lleno con la reforma gregoriana católica, basada en la institucionalización de los sacramentos y en la consolidación de la jerarquía eclesiástica como única intérprete de las Sagradas Escrituras y detentora del dogma.

Esta obra intenta aunar el rigor de las fuentes documentales con la sencillez de la divulgación. Pretende entreabrir una puerta y avivar la inspiración hacia otras formas de entender la historia de este pensamiento reformista medieval.

Hay dos conceptos clave para entender la verdadera tradición espiritual de Occidente. En primer lugar, la idea de la perfección, del principio esencial de las cosas, de la armonía de las esferas pitagórica, del ideal en sentido platónico. En segundo lugar, la idea del mal, de la imperfección de la realidad, de la carencia existencial que sufre el ser humano por sentirse alejado, excluido de dicha perfección.

Estos dos conceptos, uno procedente de la tradición egipcia y griega y el otro de la tradición judeocristiana, fueron acrisolados en la Alejandría de los primeros siglos de la era cristiana y fecundaron las corrientes de pensamiento herméticas, gnósticas y maniqueas. Cada una de estas tres corrientes tuvo una existencia azarosa y dispar, pero el legado que dejaron tras de sí continuó sembrando, en Oriente y Occidente, las semillas de una inquietud interior por trascender la realidad del mundo a través del conocimiento y de la transformación del ser humano.

El catarismo recogió, sin duda, el testimonio de dicha siembra en la Edad Media. Sus enseñanzas supusieron una verdadera revolución del pensamiento religioso y abrieron nuevas vías de espiritualidad que todavía hoy siguen vigentes.