Don Álvaro de Luna, de Antonio Gil y Zárate, es un drama en cinco actos estrenado en 1840. La obra pertenece a la corriente romántica histórica que reescribe el tiempo de Juan II de Castilla y su condestable.
Antonio Gil y Zárate recrea en esta obra los últimos meses del condestable, mostrando cómo este pierde la confianza del rey Juan II debido a sus abusos. Juan Pacheco, enemigo del condestable, aspira a ocupar el lugar de don Álvaro y para eso urde un plan contra él con la ayuda de Vivero. Cuando el condestable descubre la traición de Vivero, lo manda arrojar desde una torre. Juan II se ve obligado a castigar a su amigo el condestable por este hecho pero le ofrece la oportunidad de salvarse pidiendo clemencia mediante la promesa de ayuda que le había hecho cuando le entregó su anillo como muestra de amistad. Don Álvaro, que es demasiado orgulloso, prefiere la muerte y finalmente es ajusticiado a pesar de los esfuerzos de Elvira, su hija en la ficción, por impedirlo.