En épocas de ralentización económica debe abogarse por la flexibilidad laboral. Así se ha venido fomentando desde las instituciones comunitarias. No obstante, en nuestro país sigue primando la cultura del presentismo. Lograr un adecuado equilibrio entre las obligaciones familiares y las profesionales, permitirá alcanzar contextos empresariales con trabajadores más productivos. La necesidad de propiciar estas políticas, requiere un estudio actual del derecho a la conciliación desde una triple perspectiva. Por un lado, cuáles son las medidas de conciliación actualmente previstas en nuestro ordenamiento jurídico, y cómo han venido aplicándose e interpretándose por la doctrina judicial más reciente así como por las normas convencionales. Por otro lado, cuál es y en qué medida puede mejorarse la contraprestación prevista por el sistema de Seguridad Social. Y por último, la repercusión que tiene en la salud del trabajador la dificultad de compaginar ambas esferas y su consideración como riesgo psicosocial, no adecuadamente tratado como tal por la legislación en materia de prevención de riesgos laborales.