Diario de un pistolero anarquista
- ISBN: 9788423339761
- Editorial: Ediciones Destino
- Fecha de la edición: 2007
- Lugar de la edición: Barcelona. España
- Colección: Imago Mundi
- Encuadernación: Cartoné
- Medidas: 24 cm
- Nº Pág.: 287
- Idiomas: Español
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Sí, por favor búsquenme este libroJosé S. aprendió a manejar armas y vehículos en la guerra de Marruecos. De vuelta a Barcelona, se afilió a la CNT y participó en la "guerra de los pistoleros" (1920-1923), contra el sindicato libre de la patronal. Antes de entrar en la FAI, ya había matado a un "chivato" de la patronal. En la FAI le encargaron un camión al empezar la guerra para "ir a saquear las piezas de oro y plata" de iglesias, conventos y familias adineradas. "Hasta noviembre de 1936, con nuestra patrulla realizamos detenciones violentas y matamos a personas por su poca simpatía por la revolución", se puede leer escrito a lápiz, con toda frialdad. Él no sólo conducía, sino que disparaba cuando hacía falta. Los asesinatos no eran al azar, ni tumultos iracundos. Simplemente, tenían una lista que alguien les confeccionaba con cabeza fría y tranquilidad. "Antes de salir con el camión, los capitostes nos daban las direcciones de personas que pertenecían a organizaciones consideradas sospechosas. (...) Por la noche teníamos órdenes de matar", escribe el pistolero anarquista. José S. señala a Manuel Escorza del Val como la persona que emitía las órdenes. Era el jefe del Servicio de investigación de la FAI. Escorza formaba el vértice de una pirámide que incluía también a Dionisio Eroles, jefe de la Comisaría General de Orden Público y Aurelio Fernández, jefe del Comité Central de Patrullas y secretario de la Junta de Seguridad Interior. Se da la circunstancia de que Miquel Mir está preparando una biografía de Manuel Escorza, el hombre que daba las listas a los milicianos.